martes, 3 de junio de 2014

¡Señala a la culpa!


La culpa es una emoción que, de forma similar a la vergüenza proviene en gran parte de la sociedad en la que vivimos. La diferencia es que la vergüenza nos frena a la hora de hacer algo por miedo a no hacerlo bien, y la culpa nos frena por miedo al castigo al infringir las normas o hacer daño a alguien. Muchas veces nos  inventamos responsabilidades y atribuciones que no son nuestras, somos “super responsables” y además miramos en muchas ocasiones más por los demás (y lo que podrían pensar) que por nosotros mismos. Todo esto forma parte de nuestro crecimiento y aprendizaje, pero ahora te propongo un reto: aprender a desaprender lo que hemos incorporado pero “no va con nosotros” para ser nosotros mismos. ¿Te apuntas, o vas a seguir alimentando el “monstruo” de la culpa?.

La culpa es una emoción potente, no en vano los gobiernos y la sociedad la usan para introducir “miedo al castigo, a molestar o a ser señalado por ser malo” en las personas para que sigan las normas impuestas (legales, morales, etc.). Es un mecanismo de "automulta" (vuelves hacia ti la el malestar que no puedes generar a otros) para evitar los daños a los demás. En otras palabras…

Culpa es la vergüenza por no cumplir lo estipulado como “adecuado” por otros o por nosotros (normas), la tristeza por atribuirnos sucesos de los que no somos responsables y la anticipación (miedo) del castigo social.

Lo primero para resolver el sentimiento de culpa, es reconocer el origen de la culpabilidad. A diario hacemos un sinfín de elecciones (prioridades) y en muchas ocasiones es difícil elegir. Para solucionar la ansiedad de tener que elegir, están los códigos de regulación o normas, por ello nos ayudan por un lado, pero por otro pueden causarnos malestar. 


El código de normas de cada uno se incorpora a lo largo de nuestra vida, y condicionan nuestro dia a dia,. Al principio la culpa es impuesta desde fuera en forma de castigo de ciertas formas de comportarse, después la interiorizamos y nos autoculpamos por miedo al castigo social. Las normas son distintas para cada uno, y pueden ser diferentes según  el medio y la educación donde haya crecido. Algunas de las normas pueden ser conscientes y otras no. Los padres y educadores son normalmente los que tienen más responsabilidad en la formación del conjunto de normas del niño. Nos educan para necesitar la aprobación de los demás, y eso hace que los intereses de los demás estén por encima de los nuestros en muchas ocasiones. Las personas que son especialmente afectadas son las personas con mucha dependencia de lo que digan los demás y con baja autoestima.


La "buena culpa" (no exenta de malestar) ayuda a auto controlarnos, a que se produzcan las correcciones necesarias para hacer cesar el sentimiento de culpa y son normas con las que estamos de acuerdo. 

Normalmente, se convierte en “mala culpa” cuando nos “fustigamos” a través de la rigidez en las normas, la descalificación (eres un…), y el castigo (no te mereces…). Además es “mala culpa” cuando son normas que te imponen (no estás de acuerdo), no lo has hecho a posta, hay otros responsables, es una culpa intrusiva, inconsciente y automática (encuentras tu reacción injustificada). 

Si la culpa es por una norma que se infringe constantemente, quiere decir que no “va contigo”.

En ocasiones no se cumplen las normas, aunque nos sintamos culpables, y eso se debe a que son normas con las que no estamos de acuerdo, pero las tenemos interiorizadas. No es posible cumplir todas las normas y hay que elegir (no se puede todo). De la misma forma, no tenemos capacidad de conseguir todo: hay que elegir, y elegir es renunciar y probablemente que alguien (generalmente si no comparte tu norma) esté disconforme y se enfade. Pero ¿vas a ser siempre lo que los demás esperan o vas a tomar las riendas de tu vida?. Búscate a ti mism@ para evitar la culpa

No hay comentarios:

Publicar un comentario