lunes, 8 de diciembre de 2014

Incumpliendo los propósitos: ¿Perezos@ o perfeccionista?












“Espero que vaya mejor”, “tenía la esperanza de”, “ya se solucionara”, “mañana empiezo”, “lo haré como propósito de año nuevo”, “estoy cansad@”, “no me lo merezco”… Usamos una serie de excusas para no hacer lo que querríamos, ya sea porque es incómodo, por evitar riesgos, etc. lo cual hace que finalmente no consigamos lo que queremos, nos desviemos del rumbo, reduzcamos las posibilidades de aprender, aumentemos el estrés y frustración por acumulación de tareas y posiblemente dejemos de cumplir compromisos con los demás. En definitiva, los propósitos se quedan en el aire, como un barco a la deriva, y no llegan a cumplirse. Liberarnos de la procastinación, es liberar la mente, quitar las piedras que nosotros mismos ponemos en nuestro camino. 



¿Conoces a Felipe, de Mafalda? Es el típico caso de persona que pospone las cosas. En sus diálogos vemos un ejemplo clarísimo de lo que aquí nos referimos. Algunas veces tendemos a posponer tareas sin pensarlo, pero si le damos una vuelta, es fácil darse cuenta que de que suele ser porque percibimos las tareas como abrumadoras, desafiantes, inquietantes, peligrosas, difíciles, tediosas… estresantes en definitiva.



"El ayer ya pasó, el mañana no existe... el momento es ¡ahora!"



Sabemos que hay cosas que queremos o tenemos que hacer, pero nos autoengañamos evitando mediante las excusas, haciendo que finalmente no hagamos lo que nos proponemos o tenemos que hacer: “ya lo haré mañana”, “no me saldrá como quiero”, y haciendo otras tareas que nos parecen más motivantes en ese momento (Ver la TV, las redes sociales, bailar…). Éste fenómeno de aplazar tareas es lo que se llama procastinación, y nos mete en una espiral improductiva que puede terminar en el abandono definitivo de la tarea, haciéndonos sentir frustrados y fracasados. 



“Para conseguir grandes resultados, trabaja siempre en algo importante, usándolo como forma de evitar hacer algo que sea aún más importante.” 
John Perry




¿Pero qué relación tiene esto con la pereza? No se puede negar que hay ciertas similitudes, pero los últimos estudios han concluido que realmente la gente perezosa muchas veces ni siquiera comienza las tareas. Las personas que postergan las tareas, suelen ser personas perfeccionistas, que demoran precisamente esas tareas en las que más desean un rendimiento mayor. Ciertamente, tanto en la pereza o desgana como en la procastinación hay una falta de motivación, muchas veces mediada por las excusas, exigencias y los pensamientos que tenemos sobre las tareas. (A quien le interese, puede echar un ojo a la formula de la motivación temporal de Piers Steel). El perfeccionismo también provoca otra cara de la procastinación: la indecisión. ¿Has estado alguna vez intentando decidir, pero finalmente no decidiste porque no encajaba a la perfección con lo que tenías en mente… es decir, con tus expectativas?. 


A mi la procastinación me recuerda a los chicos que llevan la mochila al colegio con un peso innecesario. Todas las tareas y proyectos que dejamos por cumplir, como las necesidades "no necesarias" que a veces nos exigimos, se nos acumulan "a las espaldas". Día a día posponemos tareas cotidianas que se acumulan y nos hacen sentir estresados, posponemos compromisos perdiendo credibilidad… ¡incluso posponemos nuestro propio cuidado sintiéndonos inseguros e insatisfechos!. Pero es que además de no obtener resultados y acumular tareas, nos sentimos mal por no haberlo hecho. En ocasiones comenzamos muchos proyectos y no nos ponemos realmente a ello o no los terminamos. Ya se sabe…


“Quien mucho abarca, poco aprieta”

Dicho popular


La realidad es que dejar las cosas por hacer es “pan para hoy y hambre para mañana” dado que si es algo que hay que hacer, posponerlo no te evitará el hacerlo en un futuro, y cuanto antes lo hagas, antes te liberarás para hacer otras cosas.

Lo importante es saber cual es la piedra que nos ponemos en el camino, para poder buscar la solución idónea. Para facilitar ésta búsqueda, voy a exponer algunas de las "piedras" más frecuentes. En definitiva se trata de cambiar el lenguaje interno y las circunstancias que nos rodean para hacer todo más sencillo: 


  • “Ésto es realmente aburrido”: El aburrimiento es una elección, y se puede echar la culpa a la tarea o incluso a los demás. Pero realmente el aburrimiento está en tu mano, pudiendo usar o no tu mente de forma creativa y nueva, buscando un enfoque motivante. 

  • “No se como se hace”: Simplemente, pide ayuda o busca la forma de realizar la tarea.

  • “No tengo tiempo”: Si es por falta de tiempo, prioriza y organiza el tiempo. Tómate aunque sea 5 minutos al día. Establece un contrato contigo mism@ y usa una agenda.

  • “Estoy cansad@”:  Piensa que el cansancio como si solo pudiera aparecer justo antes de ir a la cama, reserva ese momento. Además “las ganas se hacen”, dado que una vez activado el cuerpo, todo irá rodado, solo hay que dar el primer paso para activarse. 

  • “No me apetece nada”: Simplemente hazlo. Una vez que das un paso, seguirás actuando. Solo tienes que poner un pie en el camino. Una vez hecho ese pequeño esfuerzo… lo tendrás todo más fácil. Haz algo que te active (por ejemplo, recoger algo), y luego ponte a la tarea. 
  • “Es demasiado complicado” / "tengo demasiadas cosas por hacer": Parece que estás bloquead@. Tomate tiempo para dividir la meta en pequeños objetivos que podrás ir cumpliendo. ¡Cada paso te acerca a la meta!. Ve priorizando para hacer las cosas y termina una a una. ¡Tu puedes!


"Los pasos dados que hoy parecen inútiles, mañana serán imprescindibles"

Inspirado por: D.C.T.



  • “Me da miedo”: Afronta el miedo a lo desconocido, es la única forma de cerrar el círculo de la ansiedad. Cuanto más lo evites, más vas a seguir evitándolo, alimentas el miedo.

  • “Es incómodo”: Más incómodo es el malestar que te producirá el dejar las cosas para otro momento. La vida está llena de momentos incómodos, pero el crecimiento está repleto de éstos momentos para poder crecer y madurar. De lo contrario, nos estancaríamos. 

  • “Debería quedar perfecto, o sino no lo haré”: Da el primer paso, y piensa que el error es el único paso para el aprendizaje y la excelencia. El perfeccionismo te frena, te frustra y bloquea a la hora de tomar decisiones, y puede ser perjudicial en otras esferas de tu vida. 

  • “Ya lo haré…”: Ésto vale para casi todos los casos, simplemente piensa que “puede que ahora sea incómodo, pero si no lo hago alimentaré la frustración y el estrés” y “si evito el malestar inmediato, alimento el malestar a largo plazo (se acumulan las tareas, etc.)”, y hace que la evitación sea más probable lo cual cierra un círculo de evitación-malestar.

“Hoy es el mañana del ayer”
Inspirado por: D.C.T.

                                

  • “Creo que el tiempo u otra persona lo solucionará”: Las esperanzas no valen nada si no van acompañadas de acción, no se solucionan solas. Lo único que puedes controlar, es lo que tú vas a hacer para solucionar las cosas.





  • “No me aporta nada” / “no merece la pena”: Búscale el lado positivo a la tarea, lo bueno de hacerlo (por ejemplo: si limpio la casa, dará gusto estar en ella, si salgo a hacer ejercicio me sentiré mejor conmigo mismo), y si aun así no te convence, prueba a privarte de ciertas cosas agradables hasta que no termines éstas menos agradables, o a premiarte con algo tras hacerlas. Además, piensa que todo lo que no hagas ahora, lo tendrás que hacer más tarde o se te acumulará. Si esperas, te agobiarás pensando que lo tienes que hacer, y tendrás otras consecuencias negativas como la frustración, insatisfacción o inseguridad. ¿Y bien, qué prefieres?.

  • “Me distraigo con una mosca”: Elimina las distracciones que estén de tu mano y céntrate en la tarea. Por ejemplo: Si te distraes con la tecnología: Cierra las páginas de redes sociales, cierra el correo electrónico, deja el teléfono en algún lado que no te moleste, quita la televisión (Algunos navegadores de internet, posibilitan su acceso con aplicaciones como “Stayfocusd” o “Leechblock”). Si te distraes porque estás cansad@, estipula tus tiempos de descanso (recomendado 5-10 minutos por hora aproximadamente) y haz una buena higiene del sueño (click aquí). Si lo que ocurre es que no te motiva o te aburre, sigue los mismos pasos del primer punto o el anterior a éste. 


Sobre todo, cada uno debe caer en la cuenta de los momentos en los se produce ésto, para poner la solución más apropiada (sea alguna de las propuestas o cualquier otra que pueda funcionaros). ¡Ya no tienes excusas!. No lo olvidéis: Vosotr@s sois l@s dueñ@s de vuestras decisiones. Da igual donde sople el viento, si tenéis el timón sobre las manos. 



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